Como he expresado en anteriores escritios, en homeopatía no hay “remedios para” tal o cual enfermedad, sino que uno de sus principios es adecuar el remedio a tomar individualizando las características de cada paciente.
Es bien cierto, sin embargo, que dentro del arsenal de fármacos homeopáticos existen algunos que son frecuentemente utilizados con ocasión de sintomatología común. Es bien conocida, por ejemplo, la excelente acción de Arnica montana cuando se sufre una contusión fuerte. Ante una caída o un moratón el empleo de esta planta diluida no sólo reducirá el dolor sino que también favorecerá la reabsorción del hematoma.
Estos son los remedios básicos a llevar siempre encima, sobretodo si nuestro destino es un país donde exista dificultad para encontrar fármacos homeopáticos, o incluso sea difícil el contacto con tu médico homeópata. Aliviarán de forma rápida y suave los trastornos para los que están indicados:
Aconitum napellus: fiebre alta de aparición brusca, con mucha inquietud. Estados gripales súbitos.
Apis mellifica: picaduras de insecto que dejan halo rojo y caliente, sensación de hinchazón y picor que mejora con el frío. También se puede tomar en quemaduras por exposición solar.
Arnica Montana: tomarla ante golpes, contusiones o hematomas como consecuencia de los mismos. También es eficaz para agujetas después de actividad física intensa.
Arsenicum Album: diarrea por intoxicación de comida en mal estado. Muy líquida y se puede acompañar de vómitos.
Belladona: fiebre alta de aparición gradual, con la cara enrojecida y piel húmeda. También se utiliza en caso de insolación y quemaduras por exposición solar prolongada.
Cantharis: quemaduras de contacto con ampollas. También utilizado frecuentemente en infecciones urinarias.
Cocculus indicus: mareos por viaje en coche o barco, aunque también ayuda a mejorar el jet-lag.
Hepar sulphur: procesos supurativos agudos, cuando ya está formado y es visible el pus (para ayudar a drenar).
Hypericum: traumatismos que afecten territorio nervioso, dolor por aplastamiento del nervio.
Ledum pallustre: picaduras de insectos, básicamente de mosquitos.
Mercurius solubilis: inflamación de causa infecciosa, antes de la formación purulenta. Dolor en zona muy enrojecida y que desprende calor. También utilizado en faringitis y amigdalitis.
Nux vomica: digestiones pesadas por efecto de comidas excesivas o después de ingesta abusiva de alcohol.
La dilución y la posología de cada uno de ellos variará en función del individuo y las características del cuadro, pero a grandes rasgos sería recomendable utilizar la potencia 15CH o 30CH, 2 o 3 veces al día e ir espaciando en función de la mejora de los síntomas.
Si en el momento de emprender el viaje uno está tomando algún remedio de fondo, evidentemente éste debería formar parte del botiquín. Ante cualquier cuadro complejo o resistente a estas pautas es preciso y recomendable contactar con el médico homeópata que le atienda.
2 comentarios:
Estas vacaciones fuimos a la costa y a mi hijo le acribillaron los mosquitos, fuimos a la farmacia y nos dieron una pomada homeopática (insectDHU). Nunca habíamos probado la homeopatía pero la verdad es que le fue muy bien. Decidí buscar otros productos porque nos dijeron que no tenía efectos secundarios y encontré tu blog, muy interesante y práctico por cierto. Ahora la duda que me ha entrado es si es mejor utilizar las bolitas, tal como creo que sugieres, o en este caso son más útiles las pomadas. Muchas gracias.
Gracias por tu reflexión. El preparado al que te refieres lleva varios remedios homeopáticos (es un complejo), entre ellos Ledum pallustre, al que hago referencia en el escrito. Es una buena solución cuando no se ha probado la homeopatía o bien no se tiene otro recurso a mano, pero el remedio adecuado para una circunstancia aguda (en función de las modalidades de presentación) siempre tendrá más probabilidades de ser eficaz y su capacidad de curación puede llegar a ser más profunda.
Publicar un comentario