domingo, 26 de octubre de 2014

Homeopatía durante el embarazo

Artículo publicado en la revista Integral

La medicina homeopática es absolutamente segura tanto para la madre como para el feto, por lo que debería ser contemplada como una excelente opción terapéutica durante este período tan trascendental para ambos.

Laura acudió a nuestro centro estando ya embarazada de Nil. El motivo por el que me consultó no fue otro que las molestas náuseas que la habían acompañado casi a diario desde 8 semanas atrás. Había probado con la medicación convencional pero el cuadro se había intensificado, y últimamente ya se asociaba a vómitos frecuentes. Me contó que incluso a veces los mismos le provocaban dolor en la zona de la glotis, pero que cuando lograba expulsar el contenido gástrico mejoraba rápidamente su estado general. Otro aspecto que comentó durante la historia clínica fue que las náuseas se acompañaban de mucha inquietud y miedo a que algo malo le fuera a pasar, a ella o a su bebé. Pero a su vez también había notado un aumento de la somnolencia que la acompañaba prácticamente todo el día. Todas estas características junto a otros detalles que formaban parte de su expresión más global ayudaron a perfilar el medicamento homeopático que más se ajustaba a lo que Laura requería, precisamente por el efecto de similitud que el médico homeópata busca entre los síntomas singulares que expresa el paciente y las peculiaridades del propio medicamento. Antimonium Tartaricum dio la señal adecuada para que en menos de una semana las náuseas y los vómitos remitieran hasta el punto de no volver a aparecer ya durante todo el embarazo.   
Una historia de nueve meses

Sin embargo, como es bien sabido, la gestación transcurre durante un período que suele alargarse unas cuarenta semanas. Durante el resto de su embarazo Laura precisó de nuevas revaloraciones para ajustar el tratamiento, sobretodo en la fase final de preparación al parto. El embarazo, sin lugar a dudas, no es una enfermedad, y no debe contemplarse como tal. Pero durante el mismo pueden aparecer síntomas o patologías que, a veces con cambios de hábitos, otras con el arsenal terapéutico del que disponemos, pueden encontrar clara mejora. Teniendo en cuenta que los principios de la homeopatía nos hablan de eficacia segura, sin efectos secundarios ni toxicidad sobre la madre ni el feto, y sobre todo de curación suave a largo plazo, esta opción debería ser tomada muy en cuenta. Si a ello le añadimos la capacidad que tiene un mismo tratamiento individualizado homeopático de alcanzar cambios en la esfera física pero a su vez también en la mental y emocional del individuo, podemos adivinar que la experiencia de quien lo recibe es mucho más satisfactoria y armónica que otras opciones.
Durante estos nueve meses se está formando un ser humano único e irrepetible, que ya desde un inicio recibe las huellas por parte de su madre que le ayudarán en ese crecimiento. La impronta que recibe a nivel biológico y genético también se complementa con la transmisión de impresiones y emociones de la madre. Efectivamente, el bebé ya desde bien temprano recibe todas las sensaciones que vive su progenitora: sus procesos bioquímicos, la conciencia, la memoria celular y la memoria cerebral. Por ello es importante que la embarazada practique unos buenos hábitos sanitarios de alimentación, actividad física, reposo y eliminación de sustancias tóxicas (tabaco, alcohol, …) pero también que, dentro de sus posibilidades, procure manejarse en un contexto adecuado de bienestar y equilibrio mental. En definitiva, que tenga en cuenta el cuidado de su salud global. Durante todo el embarazo se produce una comunicación madre-feto por la que el niño podrá percibir miedos, euforias, inseguridad o cualquier otra emoción vivida por la madre. En el caso de Laura, además de suavizar las náuseas, el primer tratamiento prescrito también le mejoró esa angustia que relataba. Ello le dio mayor capacidad de disfrutar plenamente del estado que vivía, y por supuesto Nil también lo notó. Porque además, la forma que tiene de expresarse al mundo exterior un niño aún en el vientre de su madre es única y exclusivamente a través de ella. Podríamos decir entonces, siguiendo con el ejemplo anterior, que las náuseas podrían bien ser un reflejo de que el niño se estaba quejando por algo, más que sólo interpretarlas como una alteración anatómica o biológica del aparato digestivo de Laura. Siendo así, el tratamiento recibido por su madre influyó también en Nil. En realidad lo que se suele ver en la consulta es que cuando damos un tratamiento a una embarazada a veces mejora su motivo de consulta a la par que se perciben cambios en la dinámica, la posición o incluso los horarios del feto.

Otros ejemplos prácticos tratados con homeopatía

También es frecuente que embarazadas poli medicadas por patologías de base acudan a la consulta homeopática para intentar retirar o disminuir estos fármacos sin que esto les agrave su estado de salud. Fue el caso de Luisa, quien padecía una artritis reumatoide, y antes de buscar su primer embarazo realizó esa visita para conocer si con homeopatía podría reducir los antinflamatorios que tomaba diariamente. Durante el embarazo pudimos reducir la dosis de los mismos, y actualmente sólo los precisa de forma esporádica. O también recuerdo un caso en el que la futura madre estaba preocupada por si la medicación ansiolítica que tomaba afectaría al feto. Al poco de visitarla pudo dejar esa medicación, no sin antes haber logrado recuperar y fortalecer la confianza en sí misma.
Otra situación que puede presentarse durante el embarazo es la fatiga física exagerada. Fue el caso de Vanesa, gestante de su tercer hijo cuando la conocí, al que ella describía como el más movido de todos. Su problema era un estado de abatimiento extremo que le impedía hacer vida normal, incluso en algunas fases del día no lograba levantarse de la cama, a pesar de que su cuerpo se lo pedía a gritos. Presentaba mucha sensibilidad al frío, recuerdo cómo temblaba en la consulta, así como mucha palidez cutánea. En su situación el medicamento que la ayudó fue Arsenicum Album.
El caso de Alba fue muy distinto. Se le diagnosticó una amenaza de aborto cuando estaba de diez semanas, y se le prescribió reposo para intentar evitar perder a Juan. Acudió de inmediato por consejo de su hermana, usuaria habitual de homeopatía, relatando que todo había empezado con la brusca expulsión vaginal de sangre caliente y con coágulos, acompañada posteriormente de presión dolorosa en la zona supra púbica que irradiaba hacia lumbares. Se sentía extremadamente inquieta y muy congestionada. Ese mismo día empezó a tomar un sorbito cada hora de una preparación de diez glóbulos de Belladona disueltos en diez cucharadas soperas de agua. Cuando al día siguiente su estado general había mejorado, empezó a poder distanciar las tomas del mismo preparado hasta que pudo corroborarse ecográficamente que Juan seguía bien implantado y creciendo sin problema.

Un enfoque humano y global

El cuerpo habla, y debemos aprender a escucharlo. Y durante un embarazo pueden producirse expresiones sintomáticas no sólo de la propia madre sino también del feto, que las canaliza a través de ella. Por ello el principal objetivo ante cualquier signo de alarma durante la gestación deberíamos buscar la forma de restituir plenamente las capacidades de ambos individuos, no sólo quedarnos satisfechos con aplacar los síntomas expresados por la madre. De esa manera no sólo aliviamos el sufrimiento sino que lo prevenimos. La medicina homeopática es una herramienta segura y eficaz que definitivamente nos ayuda a lograr tan digno cometido.

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